El corte de cabello

El cabello juega un rol muy importante en nuestra sociedad. Una verdad incómoda es que el hombre ha ido perdiendo estilo a lo largo de la historia. Desde los años 40 hasta los 70 los caballeros tenían una apariencia infinitamente más elegante que en la actualidad. Ahora bien, ¿qué ha sucedido para que perdamos tanto en tan poco?

Vivimos una generación bastante desorientada en lo que a estilo se refiere.
Tener de referencia a ciertos futbolistas, influencers o cantantes obviamente no ayuda.
Al implantarse una cultura de Barbershop en España, con cortes de cabello en 15 minutos, sin asesoramiento, sin lavado y con unos resultados en mi opinión, al menos cuestionables, solo nos ha ayudado a retroceder.

La peluquería masculina española ha sido sustituida por un modelo empresarial urbano, importado de EE.UU. (New York, para ser más exactos). Ciudad frenética, donde el público demanda una rapidez a la hora de realizar tareas cotidianas como ir a la peluquería. ¿Cómo podemos creer que se puede lograr definir el estilo de una persona en 15 minutos? ¿Qué sucede con los caballeros que no nos sentimos identificados con esta moda establecida? ¿Dónde queda el arte del corte de cabello?

Siendo franco, conectar una máquina a la electricidad y pasar números en disminución, no convierte esa acción en un corte degradado. Al igual que dar tijeretazos a ojo en un cabello largo, no es realizar un corte a tijera. El arte de mi profesión está desapareciendo, siendo reemplazado por un modelo de facturación que no entiende de minuciosidad, detalle o profesionalismo. Cuantas más cabezas esquilo, más dinero me llevo.

Las personas no tienen por qué saber cómo peinarse o cortarse el cabello.
Es responsabilidad del profesional asesorar y lograr que el cliente se sienta identificado y satisfecho con el resultado. No olvidemos que quien tiene el privilegio de saber, tiene la obligación de actuar. El problema viene cuando no se sabe lo que se está haciendo.

Un buen corte de cabello realza nuestro estilo, lo identifica, convirtiéndose así en nuestra seña personal. A lo largo de la historia el cabello y la forma en la que configuramos su apariencia juega un rol muy importante en nuestra sociedad. No es un fenómeno nuevo. La manera en que cada persona se expresa a través del estilo del peinado forma parte de la cultura y ha tenido que ver hasta con el status social.

Últimamente no tengo otra opción como estilista más que horrorizarme.

Caminar por las calles de Madrid centro y observar el estilo capilar de la gran mayoría de hombres, solo me genera dolor de cabeza. No se observa estilo ni proporción en el corte.
Se ve claramente que no hay técnica, y que el rostro no consigue ser potenciado por el cabello.

España es un país de hombres caucásicos, que no cuentan con una abundancia de cabello. Al contrario, suele ser cabello fino, de poca densidad. Entonces ¿por qué deberíamos rapar un cabello fino? Pensadlo un momento, ¿quitar de donde no hay…?
Si observáis a vuestro alrededor veréis que todos los varones, sin distinción de edades, van rapados a máquina. Es terrible ver que nadie expresa su estilo personal. Nadie destaca. Todos fotocopiados.

¿Nos gusta a los hombres lucir todos iguales? ¿No deberíamos expresar parte de nuestra personalidad con nuestra imagen personal? En mi opinión es hora de un gran ¡BASTA!

Mi profesión es ARTE en mayúsculas y hay profesionales que vivimos nuestra vida en él.

En mi estudio, ubicado en Las Rozas de Madrid, realizaré un asesoramiento personalizado, logrando en conformidad con el cliente, la imagen deseada.

Si es exigente con su cabello, si tienes en mente ese corte que siempre quiso lucir, o simplemente esta desorientado en lo que a estilo capilar se refiere, contácteme.

Podemos solucionarlo.

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